"Pintar sin pintar" es la paradójica síntesis de la obra de Pedro Zamora, donde las cartas y libros desechados se convierten en la principal materia prima.
Escribe Manuel Fontán del Junco - Fundación Juan March: "Como un artista, Pedro Zamora aplicado a la pintura, que tradicionalmente pertenece al arte de sumar, al arte de restar, propio de la escultura. (Esto puede deberse a su otra vocación, que participa de ambas artes: la
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PEDRO ZAMORA Barcelona, España, 1968
"Pintar sin pintar" es la paradójica síntesis de la obra de Pedro Zamora, donde las cartas y libros desechados se convierten en la principal materia prima.
Escribe Manuel Fontán del Junco - Fundación Juan March: "Como un artista, Pedro Zamora aplicado a la pintura, que tradicionalmente pertenece al arte de sumar, al arte de restar, propio de la escultura. (Esto puede deberse a su otra vocación, que participa de ambas artes: la arquitectura). Por tanto, su obra es la de una especie de asceta contemplativo radical..."
El deseo de Pedro Zamora de hacer “pintura sin pintura”, casi sin arte (y casi sin pintor); crear una obra donde "no pinta nada", de forma casi imperceptible; de dedicarte a lo que nadie quiere, de hacer arte casi sin hacerlo; ...todo esto lo hace casi inmune al miedo del artista a que su obra no dure, porque asume que es casi nada, que fue hecha sin "más pretensiones" y que, al final, sólo puede ser destruyó lo construido y, por tanto, el arte que está más vivo es el que no se puede matar porque se hace pasar por muerto.