A los nueve años se traslada a vivir a A Coruña. A los quince años, su padre, artista aficionado, le regaló una cámara manual Voigtlander para que pudiera fotografiar sus pinturas, dibujos y piezas de hierro forjado. Posteriormente utilizó la fotografía como chuleta en sus estudios de Arquitectura Técnica (que nunca terminó). Nunca quise vivir de la fotografía, ahora no puedo vivir sin ella. Vari Caramés está interesada en hacer extraordinario lo cotidiano y lo
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A los nueve años se traslada a vivir a A Coruña. A los quince años, su padre, artista aficionado, le regaló una cámara manual Voigtlander para que pudiera fotografiar sus pinturas, dibujos y piezas de hierro forjado. Posteriormente utilizó la fotografía como chuleta en sus estudios de Arquitectura Técnica (que nunca terminó). Nunca quise vivir de la fotografía, ahora no puedo vivir sin ella. Vari Caramés está interesada en hacer extraordinario lo cotidiano y lo ordinario. Busca evocar, sugerir y hacer soñar al espectador. Cree que en el mundo actual falta poesía y que la tecnología no debería poder superar las emociones. Más intuitivo que "intelectual", cree que el azar es más apasionante que la certeza.
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