1. El interés por la antropología comenzó desde niño
José de Guimarães nació en 1939 en la ciudad natal de Portugal – Guimarães, donde vivió hasta los 22 años, cuando se trasladó a Lisboa para continuar sus estudios de ingeniería, dibujo y grabado. Desde muy temprana edad incursionó en el trabajo de campo y comenzó a ejercer su segundo trabajo, digamos: el de etnólogo. El interés por el lado antropológico de las cosas surge en la primera infancia. La ciudad de Guimarães es una tierra donde abunda el material arqueológico: presencia celta y romana, tradiciones seculares, procesiones religiosas y peregrinaciones donde se celebra la muerte y la resurrección. También hay aquí todo un lado místico y simbólico que fascina al artista y que encontramos en sus obras, concretamente en la referencia a la muerte. Sin duda, las piedras del pasado tienen tantas formas e historias que contar.
2.El apodo es un seudónimo.
José Maria Fernandes Marques decidió adoptar, como seudónimo, el nombre de su ciudad de origen, luego de haber trabajado como geólogo, ingeniero y arqueólogo.
“Nací en la ciudad de Guimarães, en Portugal, en 1939, una ciudad que, en ese momento rodeada de murallas y campos, era medieval en geografía y conceptos. Allí estudié hasta quinto año de bachillerato, donde dedicaba mi tiempo libre a visitar los pocos museos locales. Uno de ellos pertenecía a una asociación de arqueólogos que, junto con la excelente biblioteca, tenía una colección de hallazgos arqueológicos y se ocupaba de la preservación del sitio arqueológico conocido como “Citânia de Briteiros”. — José de Guimarães
3. El arte como manifiesto de intervención política y social.
En una época de dictadura, censura y guerra colonial, transformó José de Guimarães su arte en un manifiesto de intervención política y social expresado en un código a descifrar, ya sea para escapar de la miopía de los censores o para obligar al público a reflexionar. Como veremos más adelante, en las obras escultóricas y pictóricas del período africano anterior al 25 de abril de 1974, el régimen del Estado Novo será cuestionado y cuestionado sistemáticamente. Fernando de Azevedo considera que la intimidad del artista con las letras y los números y el concomitante gusto por el mensaje oculto facilitarán el interés y la comprensión de José de Guimarães del lenguaje simbólico que encontrarás en el arte negro. «Por un lado, los esquemas aprehendidos, y en cierto modo saturados, de un lenguaje europeo en el que comenzaba a confeccionar un bagaje de pintor y, para acentuarlos en su prevalencia, el contexto tornado absurdo de su acción inserta en el imposición violenta y trágica situación en la que se vio envuelta la desesperación colonialista. Por otro lado, la presencia de un arte que, manteniéndose en una especie de atemporalidad formal y secreta, caracterizó por tanto una legítima y sorprendente juventud. […] El mundo de la pintura por José de Guimarães […] aparece en parte a través de las puertas que le abren las letras y los números, ahora despojados de su frialdad gráfica, finalmente incorporados en diferentes estados de señalética» .
4. Suprimió las barreras entre animales, humanos y máquinas.
Así, y ya mencionado, al cruzar animales, máquinas y hombres, y al representarlos, incluso tratándose de personajes históricos reverenciados como Héroes de la Patria, como cualquier otro ser perteneciente a su universo plástico, José de Guimarães suprime barreras, jerarquías y estatus de privilegio entre los seres humanos, la naturaleza y la tecnología, creando un patrón de unificación del Ser cuyo principio nivelador de patricios, plebeyos, reptiles y máquinas se aplica efectivamente a su propuesta de mestizaje de pueblos y culturas.
5. En su ciudad natal hay un centro de artes que lleva su nombre y una colección de arte africano, sudamericano y asiático.
El Centro Internacional de las Artes José de Guimarães reúne piezas de diferentes épocas, lugares y contextos en conjunto con obras de artistas contemporáneos, proponiendo un (re)ensamblaje de la historia del arte, como una sucesión de ecos, y un nuevo diseño para el museo, como lugar de asombro y reflexión.La colección del CIAJG está formada por un conjunto de obras del artista José de Guimarães, así como arte africano, arte precolombino y arte chino antiguo, seleccionados por el artista. En total, la colección del CIAJG comprende 1128 objetos, entre cerámica, escultura, dibujo, instalación, textil, pintura, pintura y artes gráficas.Los objetos de arte africano, arte precolombino y arte chino antiguo fueron adquiridos por José de Guimarães entre las décadas de 1980 y 2000 en el mercado europeo especializado en objetos artísticos, arqueológicos y etnográficos, y prestado al CIAJG, sirviendo de base a su programa artístico. La selección de obras de José de Guimarães busca representar los sesenta años de trayectoria del artista en el campo de la pintura, la escultura/instalación y las artes gráficas. A diferencia de los museos de ciencia o antropología, la elección de los objetos de la colección del CIAJG responde a la sensibilidad “artista-coleccionista” de José de Guimarães, que se inspira en ellos, reelaborando continuamente un vocabulario sincrético de referencias culturales de diferentes partes del mundo. Más que un depósito patrimonial, sumiso al inmovilismo de la catalogación historiográfica, el CIAJG busca establecer miradas cruzadas y críticas sobre su colección y visibilizar los vínculos que se rompieron entre objetos, narrativas y pueblos de origen. Una de sus misiones es estudiar la colección en el contexto de sus comunidades y las historias de la colección, ubicándolas más ampliamente dentro de la historia de la circulación de objetos etnográficos entre Europa y África en general, y especialmente en los siglos XX y XXI. . .