El impresionismo, uno de los movimientos artísticos más reconocidos y celebrados de la historia del arte, cumple ahora 150 años desde su aparición en las calles de París en 1874. Sin embargo, el legado de este movimiento va mucho más allá de sus exuberantes paisajes y su enfoque revolucionario de luz y color. En este artículo, exploramos cinco textos esenciales que ofrecen una visión diversa y profunda del impresionismo, revelando su complejidad y relevancia actual en la escena artística global.
Desde obras que resaltan la influencia transnacional del impresionismo hasta ensayos que reexaminan el papel de las mujeres negras en el París del siglo XIX, cada texto presenta una perspectiva única y enriquecedora de este movimiento artístico. Al profundizar en estas obras, se nos invita a reevaluar nuestra comprensión del Impresionismo, descubriendo nuevas capas de significado y relevancia social.
Exploraremos libros fundamentales que nos llevan en un viaje a través de la historia, la técnica y el impacto cultural del Impresionismo, ofreciendo una visión panorámica y multifacética de este movimiento que continúa inspirando y fascinando a artistas y entusiastas del arte en todo el mundo.
Impresionismo globalizador: recepción, traducción y transnacionalismo
Después de surgir en París en 1874, la estética impresionista se extendió ampliamente, desde Japón (cuyo propio arte inspiró en gran medida a los impresionistas franceses) hasta Sudáfrica y Brasil. Como lo demuestra esta serie de ensayos, uno de los descubrimientos de los impresionistas fue la forma en que las apariencias podían ser vagas y resbaladizas, y lo mismo podía decirse de su estilo: ningún artista o nación reivindicó el impresionismo, y no existe una definición fija del movimiento. . Al leer el impresionismo a través de un compromiso con la fluidez y la circulación, este volumen crea conexiones geográficas y celebra regiones y artistas previamente descuidados.
Posando la modernidad: el modelo negro de Manet y Matisse hasta hoy
Este catálogo para una exposición innovadora en la Universidad de Columbia y el Museo de Orsay llamó la atención sobre la presencia negra en el París del siglo XIX, mostrando cómo las mujeres negras, en particular, participaban activamente en los círculos artísticos y contribuían al surgimiento de modernidad. Denise Murrell, comisaria de la exposición, escribe especialmente sobre una modelo llamada Laure que apareció en las pinturas de Édouard. Manet. (Manet nunca expuso con los impresionistas, pero fue en muchos sentidos un precursor del espíritu de rebelión de vanguardia del movimiento). Murrell reconoce la humanidad esencial de Laure en contraste con los estereotipos exóticos y sostiene que el cambio en la representación de la figura femenina negra fue "fundamental para la evolución de la estética del arte moderno".
Impresionismo y postimpresionismo, 1874-1904: fuentes y documentos
Uno de los aspectos más interesantes de aprender sobre el Impresionismo es darse cuenta de lo impactante que era el estilo en aquella época. Los críticos no han reprimido su desdén, y la lectura de esta colección de materiales de fuentes primarias compilados por Linda Nochlin ofrece una manera de acceder a la novedad y extrañeza de pinturas que ahora se han vuelto demasiado familiares. Desde la celebración de Jules Laforgue de las "mil pequeñas pinceladas danzantes" que componen un Monet hasta la descripción de Théodore Duret de la risa y la indignación por lo absurdo de pintar sombras azules en una escena nevada, el lenguaje de la época revitaliza la obra. Nochlin fue una académica de renombre por derecho propio, y aquí una breve introducción a sus autores acompaña su perspicaz selección de documentos.
Impresionismo: arte, ocio y sociedad parisina
Hace más de tres décadas (en 1988), Robert L. Herbert introdujo una forma de leer el impresionismo que ahora es tan común que puede resultar difícil recordar enfoques anteriores. En lo que describió como la "historia social del arte", Herbert consideraba que las pinturas estaban profundamente arraigadas en su entorno social y cultural. Los impresionistas fueron, en muchos sentidos, pintores de la vida cotidiana, y Herbert nos da una idea de cómo estaba cambiando la vida en el París del siglo XIX. Cafés, parques, hipódromos, cabarets y estanques para nadar proporcionaron nuevos lugares de ocio para una clase media en crecimiento. Herbert rastrea tanto los placeres como las políticas de transformación, profundizando en cómo las pinturas impresionistas contribuyeron a la formación de la identidad burguesa y revelaron algunos de los malestares de la modernización.
El arte del impresionismo: técnica pictórica y creación de la modernidad
La atención de la historiadora del arte Anthea Callen a los materiales y técnicas surge y recompensa la observación minuciosa. En este libro del año 2000, toma en serio el proceso de creación y reconoce que las obras de arte son cosas físicas, pensando en lo que significa pintar al aire libre en términos prácticos y simbólicos. Los temas de los capítulos incluyen lienzo, tonos base, pigmentos, valores tonales, luz (tanto real como representada), barniz y marcos. A lo largo del libro, Callen llama la atención sobre cómo las nuevas tecnologías y materiales hicieron posible el estilo de los impresionistas. Su ameno análisis permite al lector contemplar las obras de arte y apreciar aún más las cualidades sensoriales de la pintura impresionista.