
La historia de "Kwer'ata Re'esu" es un relato fascinante que entrelaza continentes, siglos y dramas históricos. Este ícono etíope, que representa a Cristo bendiciendo con una corona de espinas y sangre fluyendo, tiene una historia tumultuosa que se remonta a la Europa del siglo XVI.
Pintada alrededor de 1520, posiblemente en la Península Ibérica o Flandes, la obra llegó a Etiopía, donde adquirió una importante adición: una inscripción religiosa en ge'ez, la antigua lengua litúrgica del país. Se convirtió en un símbolo sagrado, venerado por los sucesivos emperadores etíopes y presente en momentos históricos cruciales, acompañando a los ejércitos cristianos en las batallas contra las fuerzas musulmanas.
Su historia da un giro dramático en la batalla de Maqdala en 1868. En ese evento histórico, el agente del Museo Británico Richard Holmes saqueó la obra y la desvió del camino hacia el museo. Holmes, en lugar de entregar el cuadro, lo mantuvo en secreto. Años más tarde, en 1917, el heredero de Holmes vendió el cuadro en Christie's, lo que marcó un punto de inflexión en su viaje.
El enigma de la llegada del cuadro a Etiopía sigue siendo intrigante. Es posible que lo trajeran misioneros jesuitas o lo entregaran durante una visita diplomática etíope a Portugal. Este misterio añade una capa de complejidad a su rica historia.
El descubrimiento en 1998 de la "Kwer'ata Re'esu", guardada en una caja fuerte de un banco en Portugal, perteneciente a Isabel Reis Santos, heredera del historiador del arte portugués Luiz Reis Santos, reavivó el interés por la obra. El hecho de que esté envuelto en una copia de 1950 del London Evening News añade un toque de intriga a su conservación.
Los detalles en la parte posterior de la pintura, incluida una inscripción hecha por Holmes durante la batalla de Maqdala, prueban su saqueo. La notable conservación de la pintura, a pesar de su tumultuosa historia de almacenamiento y movimiento, es un testimonio de su importancia cultural e histórica.
Los esfuerzos para devolver el "Kwer'ata Re'esu" a Etiopía han enfrentado desafíos. La prohibición de exportación impuesta por el gobierno portugués en 2002, mencionando posibles orígenes luso-flamencos y sin referencia directa a Etiopía o al nombre del cuadro, complicó la búsqueda de su devolución. Si bien los movimientos internacionales abogan por la restitución de artefactos culturales saqueados como "Kwer'ata Re'esu", lograr este objetivo implica una colaboración compleja entre múltiples partes interesadas y requiere aprobación legal y política.
Actualmente, la discusión sobre la restitución de bienes culturales robados ha ganado protagonismo, destacando la necesidad de preservar y devolver el patrimonio cultural a sus naciones de origen, respetando la historia y el significado cultural de estos artefactos.