Una pintura del artista flamenco Peter Paul Rubens, desaparecido de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, ha sido confiscada en Moscú después de una disputa de décadas con Rusia.
El óleo "Tarquino y Lucrecia" (1610-11) probablemente fue adquirido por el rey Federico I de Prusia y colgado en una galería del Palacio Sanssouci en Potsdam, Alemania, antes de la guerra. Se trasladó al Palacio de Rheinsberg en 1942 para protegerlo de daños, pero se retiró del palacio en 1945. La pintura representa la violación mitológica de una mujer noble romana antes de su posterior suicidio y se considera una de las obras más importantes que aún faltan en la historia. Galería Sanssouci.
La Stiftung Preussische Schlösser und Gärten, una fundación pública creada tras la reunificación alemana en 1994 que gestiona edificios históricos en la zona, dijo en un comunicado de prensa que la obra fue confiscada tras una solicitud oficial de asistencia jurídica y diplomacia de alto nivel con Rusia.
"Este es el primer paso hacia la recuperación de esta obra maestra de gran importancia no sólo para los palacios prusianos, sino también para todo el mundo del arte", afirmó en un comunicado el director general de la fundación, Hartmut Dorgerloh, agradeciendo a las autoridades rusas.
La noticia se produjo después de que la emisora alemana “Deutsche Welle” informara que el Tribunal Regional de Potsdam en Alemania dictaminó que el empresario ruso Vladimir Logvinenko 'no es el propietario del cuadro' en un recurso que presentó en 2021 para que se le reconocieran sus derechos sobre el cuadro.
El tribunal alemán dijo que la disputa legal estaba sujeta a la ley rusa, no a la ley alemana, pero tomó su decisión basándose en la "ley rusa pertinente", señalando que Logvinenko no la adquirió a través de una transacción legal o de buena fe, y no la heredó. .
Logvinenko adquirió el cuadro en 1999 y lo restauró, informa DW. El impasse entre Logvinenko y la fundación alemana parece no haber comenzado hasta 2003, cuando el “Chicago Tribune” informó que un ruso había enviado un correo electrónico preguntando al SPSG si le gustaría recuperar el cuadro. Según se informa, el marchante ruso esperaba obtener el 25% del valor de la pintura, estimado entonces en unos 90 millones de dólares, transferido a una cuenta bancaria suiza.
"Cuando recibimos el correo electrónico, fue una gran sorpresa porque no teníamos idea de que la pintura todavía existía", dijo Dorgerloh en ese momento. "Nuestra primera respuesta fue que estábamos muy, muy interesados".
Según los informes, las autoridades rusas confiscaron la obra pero no la entregaron a sus homólogos alemanes. Al año siguiente, "Guardian" informó que la Fiscalía General de la Federación Rusa dictaminó que Logvinenko era el propietario legítimo porque no violó ninguna ley rusa al adquirirlo.
Aún no se sabe cuándo será repatriado el cuadro a Alemania.
Fuente: Noticias Artnet