Entre la figuración y la abstracción, las obras de Júlio Resende (1917-2011) expresan una transición de movimientos artísticos que terminan por interconectarse. El pintor portugués retrató, de manera personal, sus gustos líricos en los experimentos plásticos que realizó. Júlio Resende fue un pintor de transición entre la figuración y la abstracción, que presenta un fuerte rasgo lírico, de manera personal y sincrética, reflexiones sobre diferentes experiencias plásticas, como el expresionismo, el geometrismo, el gestualismo, la no figuración o el neofigurativismo. Descubre más sobre este artista en este artículo.
Los primeros pasos en la pintura. Júlio Resende
Uno de los grandes nombres del neorrealismo nacional, Júlio Resende, seudónimo de Júlio Martins da Silva Dias, nació en Oporto, el 23 de octubre de 1917. Estudió en la Academia Silva Porto, como alumno de Alberto Silva, desde 1930 y luego, en 1937, asistió a las Escuelas de Bellas Artes de Oporto. Inició su actividad artística a temprana edad como ilustrador en semanarios infantiles y en la prensa diaria y expuso por primera vez en 1943, en la I Exposición Independiente. Ese año expuso individualmente, también por primera vez, en el Salão Silva Porto.
De Oporto a Europa
En 1946 recibió una beca del Instituto de Alta Cultura y al año siguiente partió hacia París, donde estudió técnicas de fresco y grabado. La obra realizada en París, de carácter expresionista, fue expuesta en Portugal en 1949, suscitando cierto recelo en la crítica. Esta beca del Instituto de Alta Cultura le permitió experimentar Europa, en particular París y Madrid. Tuvo así un contacto privilegiado con las obras de Picasso y Goya que, según él, despertaron en él una especial atención por la pintura abstraccionista.
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Las influencias pictóricas de Júlio Resende
En 1949 y 1950 imparte clases en Viana do Alentejo y en esta época crea pinturas cuya temática se basa en los ambientes y personajes que le rodean y que se caracterizan por el dinamismo y la plasticidad de las composiciones.
En la década de 1950, el pintor se instaló en Oporto, siempre compartiendo su tiempo entre el arte y la enseñanza, manteniendo así siempre una intensa actividad artística, participando en exposiciones y respondiendo a pedidos de pintura mural, paneles de cerámica, escenografía, ilustraciones. Debido a la influencia de la región, la gente del mar se convirtió en el tema dominante de su pintura, habiendo presentado sus obras en exposiciones individuales en países como España, Bélgica, Noruega y Brasil.
Reconocimiento Nacional e Internacional
En 1951 ganó el Premio Especial de la Bienal de São Paulo y, en 1959, volvió a sorprender con una mención de honor. Diez años después, volvió a la Bienal de Arte de São Paulo, ganando el Premio de Artes Gráficas, con ilustraciones para la novela "Aparição", de Vergílio Ferreira. En la década de 1960, Resende también se interesó por proyectos de decoración y arquitectura, incluidos seis paneles de gres en el Palacio de Justicia de Lisboa. En Oporto, realizó dos paneles cerámicos para el Hospital de São João y también el gigantesco panel de azulejos "Ribeira Negra" existente a la salida del piso inferior del Puente de D. Luís I, convirtiéndose este panel en uno de sus más obras reconocidas. En Gondomar, hay un fantástico panel de azulejos, ubicado en el centro de la parroquia de Gondomar (São Cosme). El panel se puede ver en Largo do Souto, al lado del anfiteatro. el trabajo de Júlio Resende le valió numerosos premios y condecoraciones. Fue nombrado miembro de la Real Academia de Ciencias, Letras y Bellas Artes de Bélgica en 1972, y en 1982 recibió la insignia de Comendador de Mérito Civil de España otorgada por el Rey de España. En Portugal, fue distinguido con el Premio AICA (Asociación Internacional de Críticos de Arte) en 1985.
El 23 de octubre de 1997, en presencia del Presidente de la República, Jorge Sampaio, se realizó la sesión inaugural del Lugar do Escolha – Fundação Júlio Resende, institución que alberga una colección de alrededor de dos mil dibujos, que el artista reunió a lo largo de su carrera y que hoy es un referente en la cultura y el arte nacional.
Júlio Resende murió el 21 de septiembre de 2011, en su Lugar do Escolha, en Valbom, parroquia de Gondomar, donde eligió ser enterrado. Júlio Resende fue un pintor de transición entre la figuración y la abstracción, diferentes movimientos que se entrelazan en su obra. Presentó un fuerte rasgo lírico, de manera personal y sincrética, reflexiones sobre distintas experiencias plásticas, como el expresionismo, el geometrismo, el gestualismo, la no figuración o el neofigurativismo.