Los paisajes impresionistas no suelen ser lo primero que viene a la mente cuando se piensa en Gustav Klimt, pero la rara pintura al aire libre del lago Attersee en Austria surgió de una colección privada en Nueva York para una exhibición y subasta en Sotheby's. "Insel im Attersee" de Klimt (1902) se convertirá en un éxito en la Subasta Nocturna de Arte Moderno el próximo martes 16 de mayo, con un precio estimado de 45 millones de dólares.
Aunque conocido por sus retratos y en particular por su "Fase Dorada", Klimt estuvo muy influenciado por el mundo natural y pasó los veranos en el campo austríaco e italiano a principios del siglo XX, inclinándose hacia un trabajo más experimental con una inspiración ilimitada de tonos saturados. El artista pasaba regularmente los veranos con su cuñada y compañera de vida, la diseñadora de moda austriaca Emilie Flöge, en su casa junto al Attersee tras la muerte de su hermano, Ernst, que dejó viuda a la hermana mayor de Emilie, Helene.
En 1900, Klimt comenzó sus exploraciones al aire libre del Attersee con una vívida apreciación de la iridiscencia cambiante del agua. En "Insel im Attersee", Klimt conservó la inusual composición de forma cuadrada, pero amplió su paleta de colores para indicar el reflejo de la luz del sol en el lago.
En lugar de las vetas originales de color púrpura grisáceo y turquesa, la pintura Attersee de Klimt está salpicada de pinceladas puntillistas de amarillo verdoso, rosa y azul, que van desde reflejos pastel hasta tonos medios saturados.
“Insel im Attersee” también fue significativo gracias al galerista de Klimt, el historiador de arte austriaco Otto Kallir, quien incluyó la pintura en una de las primeras exposiciones, “Salvados de Europa”, después de abrir Galerie St. Etienne en Nueva York en 1939. Kallir se mudó de Austria a Lucerna, Suiza a París y, finalmente, a Nueva York entre 1938 y 1939 debido a que el régimen nazi salvó todo el trabajo que pudo de artistas como Klimt, Egon Schiele y Alfred Kubin.