Revolución del 25 de abril de 1974
La Revolución del 25 de abril de 1974 derrocó el régimen dictatorial del Estado Novo, vigente desde 1933, iniciándose la implantación de un régimen democrático. El ambiente revolucionario que se sintió en las calles animó la participación de los artistas, en una explosión de la gráfica. Así, después de la revolución, son notables las pinturas murales y los carteles vinculados a esta transformación política. En un rasgo estético eufórico, los artistas y la población asumieron un papel de intervención a través del arte, expresando su voz, antes reprimida.
A partir de las manifestaciones artísticas del 25 de abril de 1974 hasta las transformaciones posteriores, comprenderemos las repercusiones y el verdadero impacto de la revolución en el arte portugués.
Manifestaciones artísticas durante la revolución
El impacto de la revolución trajo la democratización del acceso a la cultura y el arte, pero también contribuyó, en términos artísticos, al descubrimiento de nuevas expresiones artísticas y la manifestación de técnicas otrora monopolizadas por el gobierno. Es el caso de los carteles, que en esta época revolucionaria fueron una forma de expresión de gran impacto y fuerza. Con un lenguaje estético distinto, estos tenían un propósito mayor: la comunicación. Así, los artistas terminan por someterse a los nuevos cánones de representación revolucionaria en detrimento de esta causa.
Delacroix el 25 de abril en Atenas en Nikias Skapinakis, 1975
En el trabajo Delacroix el 25 de abril en Atenas, el artista Nikias Skapinakis retrata el derrocamiento del régimen dictatorial representando las peculiaridades del pueblo portugués, aunque profundamente inspirado en el famoso cuadro sobre la revolución francesa, Libertad guiando al pueblo de Eugène Delacroix. En el centro de esta obra, coloca la libertad sobre un pedestal, para demostrar su superioridad en relación con las otras figuras involucradas. Esta mujer robusta, descalza y con el pecho medio descubierto, porta un fusil y una bandera roja, guiando al pueblo hacia adelante, hacia su independencia. En la bandera portuguesa, el rojo representa la sangre de quienes sirvieron en nombre de la nación; sin embargo, durante la revolución, este color toma otro significado debido a los claveles, que se colocaban en los fusiles de los soldados. Así, en un objeto, el artista representa y recuerda las vidas perdidas por la libertad y el impacto de los claveles rojos en este episodio histórico. En el pedestal de la izquierda, este ícono revolucionario se representa nuevamente con dos hombres levantando las flores. En el pedestal de la derecha, se representan dos personas con las manos en el aire en un movimiento de danza y alegría. El resto de figuras se representan de forma alegre, levantando la mano con el símbolo de la paz.
La poesía está en la calle: 25 de abril de 1974 en Vieira da Silva, 1974
Invitado por la poeta Sophia de Mello Breyner, Vieira da Silva crear los carteles La poesía está en la calle: 25 de abril de 1974, sobre el momento de la revolución, cuando la población sale a la calle con claveles rojos. Los notables rasgos abstractos de la artista portuguesa demuestran su intención de privilegiar la función estética del cartel, en detrimento de la comunicación. Durante el período del Estado Novo, la artista no vivía en Portugal debido a conflictos de nacionalidad: la suya y la de su esposo, Árpad-Szenes. Es una figura que participa activamente en este acto de cambio político a través de su arte. Sin embargo, solo regresó a Portugal diez años después de la revolución.
Arte en Portugal después del 25 de abril de 1974
La revolución del 25 de abril de 1974 es un acontecimiento histórico, no solo en términos políticos y sociales, sino también artísticos. Con la apertura del país al mundo exterior, hay mayor libertad de expresión y percepción de la producción artística mundial. En el campo artístico, tarde en relación a Europa y Estados Unidos, se descubre el arte conceptual. En un momento de transición e incertidumbre, hubo espacios de enseñanza (Círculo de Artes Plásticas de Coimbra y Cooperativa Árvore do Porto), galerías (Judite Dacruz en Lisboa, Ogiva en Óbidos, Quadrum en Lisboa y Módulo en Oporto), y eventos (Bienal en Vila Nova de Cerveira, Encuentros de Performance en Almada, Oporto y Torres Vedras) que fueron fundamentales para el desarrollo cultural de Portugal. En este punto surgieron varios nombres, pero las carreras que se consolidaron, crítica y comercialmente en estos años de crisis, son los artistas previamente establecidos: Júlio Pomar, Paula Rego, Mário Cesariny, Cruzeiro Seixas, João Cutileiro Es José Guimaraes.
Pianista en José de Guimarães, 1974
Durante esta década, Júlio Pomar se dedica a los collages, composiciones ovaladas, temas eróticos donde revela un gesto expresivo y riguroso. Paula Rego también crea algunos collages, pero mantiene su imaginería cruel con turbulencias expresivas. Mário Cesariny Es Cruzeiro Seixas continúan en el mismo lenguaje surrealista que nunca abandonaron, logrando ganar mayor visibilidad. José Guimaraes busca inspiración en la imaginación africana, en diferentes autores, obras y temas de arte famosos y comienza a trabajar en serie. Es también en esta etapa que el artista portugués crea un vocabulario formal esencial para su producción en la década siguiente.
Estatua del Rey D.Sebastião en João Cutileiro, 1973
La escultura de este período se dibuja, irónicamente por orden del Estado Novo, la estatua del rey D.Sebastião de João Cutileiro, por su llamativo lenguaje artístico y por la forma en que cuestiona el régimen político actual y sus políticas culturales. las obras de João Cutileiro sentó las bases para las décadas siguientes, siendo uno de los artistas destacados del panorama artístico portugués.Después de la revolución llegó la estabilidad política y con ella el crecimiento económico que garantizó la formación de una clase media. Si hay capacidad de compra, el mercado se amplía con la apertura de nuevas galerías en Lisboa y Oporto. Así, la democratización de la cultura y el arte en Portugal trajo, en términos artísticos, el descubrimiento de nuevas expresiones artísticas, la apertura de nuevos espacios expositivos y el crecimiento del mercado del arte.