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Retratos de madre e hijos
Dado que el arte a menudo proporciona una salida para la experiencia humana, no sorprende que las relaciones maternas y la maternidad hayan sido temas explorados por muchos artistas. Ser madre es un trabajo complejo y aquí encontrarás una selección de artistas que han explorado el tema retratando a sus propias madres o los momentos íntimos entre madres e hijos. En formato de pintura, fotografía y escultura, descubre algunas de las madres del arte más famosas.
1. Arreglo en gris y negro No.1 por James Abbott McNeill Whistler, 1871
Arreglo en Gris y Negro No. 1, también conocida como la madre de Whistler, fue creada por James McNeill Whistler en 1871. El tema es la madre del artista, Anna McNeill Whistler, a menudo conocida como la Mona Lisa victoriana. La madre de Whistler posó para el cuadro mientras vivían en Londres. El cuadro pertenece actualmente al Musée D'Orsay de París y sigue siendo un icono de la maternidad.
2. El baño del niño de Mary Cassatt, 1893
El trabajo de la artista impresionista estadounidense Mary Cassatt a menudo se ha centrado en la vida social y privada de las mujeres, con especial énfasis en el vínculo íntimo entre madre e hijo. Esta pintura al óleo, The Child's Batha, que representa la actividad diaria de una madre que baña a su hijo, es una de las obras de arte más populares de Cassatt. El pintor se inspiró en las composiciones de xilografías japonesas y grabados tradicionales, aportando una perspectiva plana, con contornos y patrones audaces. El baño del niño de Mary Cassatt nos invita a observar la intimidad entre mujer y niño que está ante nosotros pero de la que no participamos.
3. Autorretrato con su hija, Julie de Élisabeth Vigée Le Brun, XVIII
Élisabeth Louise Vigée Le Brun es reconocida como una de las artistas más importantes de Francia durante el siglo XVIII. Esta pintora es conocida por retratar la evolución de la sociedad francesa, pero también exploró en su obra el vínculo entre madre e hijo. El ejemplo más famoso de esto es su propio papel como madre en dos pinturas del mismo título, Autorretrato con su hija, Julie. El primero fue pintado en 1787 y el segundo en 1789. En esta iteración, se representa a la hija de Brun, Julie, abrazando a su madre mientras ambas miran al espectador con conocimiento. Es un cálido retrato inspirado en las pinturas de Madonna del Alto Renacimiento. Actualmente la obra es apreciada por ser un retrato de la maternidad, pero en la época hubo una gran polémica por que Brun se pintara a sí mismo sonriendo y con la boca abierta, lo que iba en contra de las convenciones tradicionales de la pintura.
4. Madre migrante de Dorothea Lange, 1936
Dorothea Lange fue una fotógrafa documental y fotoperiodista estadounidense, y sus imágenes de la Gran Depresión consolidaron su posición como una de las fotógrafas más influyentes del siglo XX. Esta imagen, titulada Madre migrante, se ha convertido en una de las imágenes más icónicas de Lange. La artista fotografió a Florence Thompson, de 32 años, con sus tres hijos. Esta poderosa imagen se convirtió en un símbolo de lucha y fortaleza para millones de estadounidenses en ese momento.
5. Ritratto della madre de Giorgio de Chirico, 1911
El artista italiano Giorgio de Chirico era muy cercano a su madre y solía pintar retratos de ella. La madre de Chirico se llamaba Gemma Cervetto, una baronesa de Génova que se casó con Evaristo, un siciliano de origen noble. En este cuadro, Chirico retrata a su madre con un vestido negro, con algunos detalles y una mirada atenta contra un cielo vacío. Estos detalles dan al retrato de Gemma Cervetto ambigüedad y contraste.
6. Mamá de Louise Bourgeois, 1999
Louise Bourgeois era conocida por sus esculturas, que varían en escala desde pequeñas hasta monumentales. Con casi nueve metros de altura, Maman es una de las esculturas más ambiciosas del artista. Esta escultura en forma de araña rinde homenaje a su madre, restauradora profesional de tapices. Sin embargo, es una elección contradictoria como símbolo de la maternidad, ya que la araña puede ser tanto protectora como depredadora, encarnando tanto la fuerza como la fragilidad. La ambigüedad se ve reforzada por la escala gigantesca de Maman, que se cierne sobre la multitud, encaramada en piernas tan altas que parecen arcos góticos.
7. Madre e hijo de Henry Moore, 1953
El escultor modernista británico Henry Moore abordó el tema de la maternidad en numerosas ocasiones. Durante la Segunda Guerra Mundial, las obras de maternidad reflejaron el papel más protector de la madre, mientras que este bronce se centra más en las necesidades agresivas del niño, que se representa prácticamente atacando el pecho de la madre con su pico de pájaro. “Quería que pareciera que el niño estaba tratando de devorar a su padre”, dijo Henry Moore en 1974, “como si el padre, la madre, tuviera que sostener al niño con el brazo extendido”. Los enfrentamientos ocasionales también forman parte de la maternidad, aunque no suelen ser tan violentos.