Nadir Afonso (1920-2013) es una de las figuras más destacadas de la pintura portuguesa del siglo XX. Su vida estuvo guiada por una prolífica producción artística, a la que asoció un aspecto teórico en busca del «absoluto» en el arte. Su obra pasó por varias etapas hasta llegar a un abstraccionismo marcado por el trabajo de las formas geométricas, en el que veía la única fuente de armonía, por la claridad de sus leyes matemáticas, principio al que no es ajena su incursión en la arquitectura.
Construyendo un Camino
Nadir Afonso nació el 4 de diciembre de 1920 en Chaves.
Ya de niño habrá mostrado su vena artística, aun considerando que creó su primera obra cuando, a los cuatro años, dibujó un círculo rojo en la pared del salón de su casa. Se dice que la forma geométrica fue diseñada con tal perfección que sus padres no pudieron regañarlo. A los catorce años recorría la ciudad de Chaves acompañado de su caballete y, en 1937, con diecisiete años, quedó segundo en el concurso de pintura «¿Cuál es el tramo más bello del paisaje portugués?».
Fue, pues, una enorme pasión por la pintura la que Nadir Afonso dejó Chaves en 1938 para incorporarse a la Escuela de Bellas Artes de Oporto (EBAP). Sin embargo, al matricularse, sus planes cambiaron, cuando un funcionario le aconsejó que se dedicara a la arquitectura, ya que era una carrera más prestigiosa.
Sin embargo, se suele decir que no dibujó arquitectura, pintó arquitectura, por lo que su obra, a la que añadía color y manchas de luz, carecía de rigor.
A los 20 años se incorporó al movimiento artístico «Os Concidos da Morte», frente al famoso grupo del siglo XIX «Os Vencidos da Vida». Este grupo heterogéneo, que buscaba difundir el arte fuera del centralismo lisboeta, se dedicó a organizar exposiciones, en las que Nadir Afonso participó hasta 1946, cuando comenzó a explorar la plasticidad de las formas geométricas y los juegos de la óptica que tanto destacaban en su obra.
Ese mismo año parte hacia París, iniciando una serie de viajes que marcaron su camino tanto en el área de la arquitectura como de la pintura, no solo por el contacto que tuvo con algunas de las más grandes figuras del Movimiento Moderno, sino también por la consolidación de gran parte de su obra teórica.
Al llegar a la capital francesa, se matriculó en la École de Beaux-Arts, estudiando finalmente lo que siempre había soñado, Pintura. Sin embargo, afonso nadir dejaría esta institución en 1948, habiendo asistido a ella por poco más de un año, ya que la vida cultural de París resultó ser mucho más interesante fuera de la escuela.
Fue en el contexto del empeoramiento de su situación monetaria que inició un período de colaboración en el estudio del renombrado arquitecto franco-suizo Le Corbusier (1887-1965). Esta experiencia permitió Nadir Afonso contacto con algunos de los nombres más destacados del sistema del arte, como picasso (1881-1973), Max Ernst (1891-1976) o Fernand Léger (1881-1955), habiendo sido asiduos visitantes del taller de este último.
La arquitectura no es un arte
Después de un período entre Portugal y París, regresó definitivamente en 1860 y abrió su propio estudio de arquitectura en su ciudad natal. En 1965, tras redactar el plan de urbanización de Chaves, decidió abandonar la profesión a la que dedicó su vida durante unos treinta años.
De hecho, desde muy joven comprendió su difícil relación con la arquitectura, que se hace especialmente visible en el título de su tesis, presentada en 1948 en la Escuela de Bellas Artes de Oporto: “La arquitectura no es un arte”.
Sin embargo, las primeras exposiciones que realizó después de su regreso, en 1961 en la Secretaría Nacional de Información en Lisboa; en la EBAP en 1963; y en la Cooperativa Árvore en 1966- tuvieron poca repercusión, por falta de publicidad, pasando desapercibidos por el público y la crítica.
Nadir Afonso vería llegar su reconocimiento cuando, en 1967, se le otorga el Premio Nacional de Pintura. Le siguió la Mención de Honor del Premio Soquil, en 1968, y el Amadeo de Souza-Cardoso, en 1969, cuando participó por segunda vez en la Bienal de São Paulo.
Entre 1968 y 1970 fue becado por la Fundación Calouste Gulbenkian de París, a la que dedicó su primera exposición retrospectiva en el Centre Culturel Portugais de París, presentada posteriormente en Lisboa.
El ejercicio de pintura
la ruta de Nadir Afonso en la pintura revela una producción sorprendentemente extensa, en una constante y casi obsesiva capacidad de creación.
En sus primeros trabajos, en los que registró los paisajes de Chaves, es posible observar el gesto de la pincelada y la dilución de las formas onduladas, características que se evidencian, por ejemplo, en obras como Aldeia e Monte (1938) o Rua da Cadeia.
Estas obras revelan una predilección por las líneas curvas más que por las formas geométricas puras. José-Augusto França afirmaría que las formaciones de Nadir Afonso en arquitectura le permitió formular “una conciencia estética del espacio y del tiempo que le llevó a la realización de una pintura abstracta de geometrismo dinámicamente organizado” (FRANÇA, 2013: 14).
Nadir Afonso se convertiría así, junto a Fernando Lanhas (1923-2012), en uno de los principales representantes del abstraccionismo geométrico en Portugal.
En su obra, la combinación armoniosa de las formas aparece, por ejemplo, en las innumerables representaciones de ciudades, en las que revela una búsqueda de la morfometría, es decir, de la medida exacta de las formas geométricas. De hecho, los paisajes urbanos son uno de los principales temas abordados por Nadir Afonso, a lo que contribuyeron en gran medida los numerosos viajes que realizó. Sin embargo, cabe destacar las palabras del propio artista, cuando menciona que hay cuadros con los nombres de ciudades donde nunca ha estado.
Se dice que, para asegurarse de que una obra no tenga nada que añadir o quitar, Nadir Afonso Miré el cuadro desde varias posiciones, boca abajo ya través del espejo. El propio artista manifestaría en muchas de sus entrevistas una constante necesidad de retocar cuadros antiguos, considerándolos siempre inacabados, ya que, en sus palabras “La perfección es evolutiva. Lo que es perfecto hoy ya no lo es en otro medio y en otro tiempo”.